[Hombres De Las Américas Que Lucharon Por La Democracia]
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HOMBRES DE LAS AMERICAS QUE LUCHARON POR LA DEMOCRACIA
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Miranda comiendo en compania de Washington
Francisco de miranda, uno de los grandes hombres que prepararon el camino para la independencia de la America del Sur, nacio en Caracas, el ano de 1750 y murio en una prision de Cadiz, en 1816. Miranda viajo y lucho mucho en Europa y en America. Mientras los Estados Unidos estaban empenados en la guerra por su independencia, el peleaba contra los ingleses con el grado de capitan del ejercito espanol. En la Revolucion Francesa lucho con el grado de general, y su nombre esta grabado en el Arco del Triunfo, en Paris.
Su principal ambicion fue la independencia de la America Hispana, obra en la cual utilizo los beneficios intelectuales y materiales que habia adquirido durante su permanencia de veintiun meses en la America del Norte.
Hizo su primer viaje a los Estados Unidos en 1783, a raiz de terminar la guerra de la independencia. La unidad nacional era todavfa una idea incipiente por la cual luchaban Washington, Jefferson, Hamilton y Madison, a todos los cuales conocio Miranda. Su interes en asuntos militares provoco aquel elogioso comentario de John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos: “Miranda conoce mejor los detalles de cada campana, de cada batalla y de cada escaramuza que cualquier oficial del ejercito y cualquier estadista del pais.” Fue en Nueva York, donde en 1784, manifesto su ambicion de emancipar las colonias espanolas.
El ingenio de Miranda y su pasion por la libertad han sido ponderados por varios norteamericanos. Thomas Paine, por ejemplo, el famoso folletista cuyay
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PATRIOTA, SOLDADO Y ESTADISTA
obras aceleraron la declaracion de inde-pendencia de los Estados Unidos, lo llamo “un hombre talentoso y empren-dedor.” El coronel William Duer, miembro de una distinguida familia de Nueva York, se expreso en los siguientes terminos: “Miranda es un ciudadano del mundo, por el cual viaja con la idea de acrecentar el caudal de sus conoci-mientos, que ya son considerables.” Y el doctor David Ramsay, de Charleston, dijo: “Ama la libertad con un entusias-mo que haria honor al estado mas libre del mundo.”
El diaro que llevaba Miranda revela su admiracion por la libertad de cultos que encontro en la naciente republica. Cierto pasaje dice lo siguiente: “Cada cual alaba a Dios en su propio lenguaje y a la manera que le dicta su conciencia. No hay religion dominante; todas son igualmente buenas.”
Aunque Miranda apreciaba las apti-I1 tudes politicas y militares de los Estados Unidos, la vida de aquellos dias, primitiva en cierto modo, no dejaba de divertirlo. En una ocasion manifesto que un pais que toleraba el canto perenne de las ranas y el zumbido de los mosquitos, llevaba la democracia hasta la exageracion. Su admiracion por la libertad de cultos no impidio su indig-nacion cuando el ama de la casa en que vivia lo reprendio una vez por tocar la flauta en dia domingo. Por otra parte, las bellezas del pais le fascinaban, espe-cialmente los estados de Carolina y Rhode Island.
Miranda conocio a Washington en Filadelfia, a la sazon sede del gobierno de aquella confederacion de estados in-dependientes, algo desunida todavia.
Los dos generales tuvieron ocasion de comer juntos poco despues, y es de lamentar que, fuera de la anotacion de Miranda en su diario, no quedaran mayores datos de la historica reunion de ^quellos dos hombres de ideas y pro-positos tan identicos.
Miranda dembstro su aprecio por Jorge Washington, cuando, en su Segundo viaje a los Estados Unidos once anos mas tarde, encontro tiempo para visitar la tumba del primer presidente de los Estados Unidos, en Mount Vernon.
Cuando se alej 6 de los Estados Unidos llevaba la mejor impresion de los meri-tos fundamentales del pais. De los habitantes de Nueva Inglaterra, escribio despueslo siguiente: “Tales son la indus-tria y el espiritu que la libertad ha in-spirado en el pueblo, que cultivan en un pedazo pequeiio de terreno, lo sufi-ciente para mantener a su familia, pagar los impuestos y llevar una vida comoda y feliz.
Miranda salio de los Estados Unidos en 1784, Ueno de admiracion por el pro-greso que habia alcanzado el pais bajo la libertad, y no volvio hasta 1805, despues de pasar muchos anos en Europa, abogando por la independencia de las colonias espanolas. El objeto de su segundo viaje fue formar una expe-dicion para poner fin a la dominacion espanola en la America del Sur. Algun tiempo despues salia de Nueva York en el Leander, con doscientos voluntaries norteamericanos; pero una serie de acontecimientos adversos trastorno sus planes, y se vid obligado a retirarse. Otra tentiva, emprendida cuatro anos despues, tuvo exito fugaz. Miranda fue uno de los firmantes de la declaracion de independencia de Venezuela, en 1811; pero en uno de tantos reveses sufridos por los patriotas, cayd prisio-nero de los espanoles y fue conducido a Cadiz, donde murid en la prision de la Carraca.
Los esfuerzos de Miranda, no obstante, prepararon el camino para la obra emprendida por Bolivar y termi-nada por el felizmente. La expedicion de Miranda, aunque infructuosa, fue el primer paso dado hacia la independencia de la America del Sur.
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BENITO JUAREZ
UNO de los hombres mas notables de America y tai vez el presidente mas ilustre que haya tenido Mexico, el gran Benito Juarez, fue de origen extremada-mente humilde y se levanto unicamente por sus propios esfuerzos. En los Esta-dos Unidos paso dos anos, de 1853 a 1855, pero alii no alterno con las figuras sobresalientes de la epoca, sino que vivid en relativa obscuridad y en situa-cion economica nada desahogada, pen-diente siempre de la oportunidad de regresar a su patria.
Juarez nacio en 1806, cuando Mexico era todavia virreinato espanol. Cuando su patria se independizo de Espana, contaba quince anos. El exito de la Revolucion Francesa y el ejemplo que habian dado las colonias inglesas al romper los lazos que las ligaban a In-glaterra, estimularon el movimiento in-dependentista del resto de America. Inspirado por esos acontecimientos, Juarez no tardo en destacarse entre el grupo liberal de Mexico. En 1847 era gobernador del estado de Oaxaca y seis anos despues le sometia a prision el general Antonio Lopez de Santa Anna, por entonces presidente de la republica mexi-cana y jefe del partido conservador, que favorecia la continuacion de la influencia espanola en el pais. Expulsado Juarez de la patria, se dirigio a la ciudad de la Habana y de alii paso a Nueva Orleans, sitio donde se habian reunido otros muchos refugiados politicos de Mexico, entre ellos su cunado y companero Jose Maria Maza. El gobierno habia confis-cado las propiedades de Juarez en Mexico, y el joven exilado, sin medios de vida, se encontro en una situacion muy apremiante en Nueva Orleans. En una humilde casa de huespedes compartia un cuarto con otros amigos, y para ganarse la vida trabajaba de tabaquero. De noche cursaba estudios de ingles y de derecho.
Nueva Orleans es una ciudad latina por tradicion que data desde la epoca en que el estado de Luisiana pertenecio
a Espana, y en esa epoca abundaban los cafes que eran punto de reunion de comerciantes, intelectuales y exilados politicos procedentes de otras republicas americanas.
El caracter politico que revestia la ciudad estaba muy a tono con el tem-peramento de un hombre como Juarez. Tres arios antes, en 1850, la ciudad habia acogido con entusiasmo al general Narcisco Lopez, patriota venezolano que trabajaba por la in depen dencia de Cuba. El general Lopez fue muerto en la Habana, en 1851, pero cuando Juarez llego a Nueva Orleans, encontro a la ciudad resueltamente interesada en la libertad americana.
La ocasion de luchar por la consolida-cion de la independencia de su patria se le presento a Juarez en 1855, ano en que el general Juan Alvarez reunio un ejercito para combatir contra Santa Anna. Juarez se traslado a Panama, de donde embarco para Acapulco en el vapor chileno Flor de Santiago. Alli lo nombro el general Alvarez su secre-tario particular. Cuando Santa Anna huy6 a Cuba, el general Alvarez se hizo cargo de la presidencia de Mexico con caracter provisional y encomendo a Juarez las carteras de Justicia e Instruc-cion Publica, nombrandolo, ademas, negociador eclesiastico. Durante el de-sempeno de estos cargos, Juarez abolio los tribunales militares y religiosos, y establecio un sistema legal semej ante al de Inglaterra y los Estados Unidos.
Fue elevado a la primera magistratura del pais en 1859, y le toco en suerte dirigir los destinos de la nacion durante un largo periodo de intranquilidad, que culmino en 1864 en el nombramiento del archiduque Maximiliano de Austria, por Napoleon III, para ocupar el trono de Mexico con el titulo de emperador. Juarez se neg6 a reconocer a Maximiliano como jefe del estado mexicano. Los Estados Unidos apoyaron su actitud, y el presidente Lincoln reconocio al. ministro nombrado por Juarez com*"
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Benito Juarez en una casa de pension en Nueva Orleans
|,unico representante legitimo del go-’bierno mexicano.
Don Benito Juarez paso los ultimos dias de su vida en relativa quietud, ejer-ciendo la presidencia del pais al cual habia guiado con tanto acierto en una de sus epocas mas dificiles. A los Esta-dos Unidos no tuvo ocasion de regresar, pero se habia llevado una excelente im-presion del pais; tan asi, que al estallar la guerra con Maximiliano, envio a su esposa y a sus hijos a Nueva York, donde murieron los dos menores. Cuan-do en 1867 salio triunfante de la lucha con Maximiliano, el gobierno de los Estados Unidos colmo de honores a su esposa, honores tan altos como no habia rendido a mujer alguna de otra nacion. El presidente Andrew Johnson dio en su honor una recepcion en la Casa Blanca. El secretario de estado, senor William H. Seward, la obsequio con un banquete oficial e igual cosa hizo el general Ulysses S. Grant, victorioso estratega de la Guerra de Secesion quien despues habia de ser electo presidente
la republica. Y cuando la senora de Juarez regreso a Mexico, el presidente
Johnson puso a sus ordenes un buque de guerra para conducirla a Veracruz.
Aunque Juarez paso dias precarios en los Estados Unidos, no por ello dejo de apreciar el asilo que se le brindo en la epoca mas amarga de su vida, ni la libertad de palabra y de accion que le permitia perseverar en su patriotica obra.
Don Benito Juarez dejo las huellas de sus ideales y doctrinas marcadas en la vida futura de Mexico, mas bien que en la epoca en la cual vivio. Ya sea por-que las circunstancias en aquel periodo de la historia no fuesen propicias a la adopcion de sus principios, es hoy cuando el pais esta beneficiandose mas plenamente de los principios que trato de establecer en su patria. Y es hoy cuando se comprende cuan admirables fueron sus teorias, porque como sucede a menudo con los grandes hombres, sus obras no son bien apreciadas por sus contemporaneos; es a la posteridad a la que toca darles su justo valor. La semilla que el sembro ha tardado en germinar, pero el fruto que de ella ha brotado ha sido mas duradero.
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EL General Eloy Alfaro, dos veces Presidente de la Republica del Ecuador, y uno de los mas grandes patriotas americanos, nacio en Montecristi en el ano de 1842. Despues de pasar varios anos de su juventud en Panama, activo en el campo de los negocios, regreso al Ecuador a encargarse de la direccion del Partido Liberal. Una y otra vez fue victima de la prision y del exilio. Durante uno de esos periodos de des-tierro politico, visito los Estados Unidos, en donde recibio el estimulo para la realizacion de una de sus mas grandes obras.
Eloy Alfaro llego a Nueva York a principios del ano de 1890, epoca en que los Estados Unidos era asilo y lugar de reunion de muchos patriotas de los paises americanos. Alfaro trato de le-vantar fondos en este pais para el apro-visionamiento de una expedicion militar cuyo objetivo era la liberacion de su pais natal. Sus esfuerzos en este sentido lo llevaron hasta California, y aunque sus labores no tuvieron exito alguno, desde el punto de vista material, la opor-tunidad de visitar y conocer gran parte de los Estados Unidos dio mas vigor a sus ideas sobre la necesidad del mas estrecho interamericanismo.
Defendio con firmeza la causa de patriotas cubanos como Marti; y Erne-terio Santovenia, entonces Secretario de Relaciones Exteriores de Cuba y autor de su biografia, escribio de Alfaro las siguientes palabras:
“La America del Norte no le depara los recursos materiales que se ha pro-metido para llevar la guerra al Ecuador. En cambio, le permite afinar sus pensa-mientos acerca de la transformacion de su pais en lo politico, lo economico y lo social. ... El espectaculo contem-plado en los Estados Unidos, donde el progreso se manifiesta en cien y una formas, alecciona y estimula al sonador del Sur.”
Uno de los aspectos del progreso norteamericano que produjo en Alfaro mas honda impresion, fue las redes de ferrocarriles que cruzaban los Estados Unidos. Cuando en 1895 fue Uamado del exilio y nombrado Presidente del
ELOY ALFARO
Ecuador, decidio construir un ferroca-rril transandino de Guayaquil a Quito, uniendo asi las dos mas importantes ciudades de su pais, distantes la una de la otra por 500 kilometros de terreno en extreme dificil y montanoso.
En lugar de comunicarse con firmas inglesas, alemanas o belgas para el de-sarrollo de este proyecto, como era costumbre de la mayor parte de los paises americanos en ese entonces, Alfaro dio instrucciones a su Ministro en Washington para que hiciera las gestiones del caso con companias ameri-canas constructoras de ferrocarriles. Extensos estudios fueron hechos y pre-
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LO? ESTADOS UNIDOS
sentados por varies ingenieros estado-unidenses, de los cuales el General Alfaro escogio el plan sometido por Archer Harman, ingeniero contratista, quien con la ayuda de su hermano, el Mayor John Harman, del Cuerpo de Ingenieros del Ejercito de los Estados Unidos, la em-presa fue terminada con exito, a pesar de innumerables vicisitudes y obstaculos | que a diario se presentaban, como por | ejemplo las lluvias torrenciales, los de-B rrumbes, las dificultades con el personal ■ de construccion, y los muchos problemas H que hubo que resolver para podcr cortar B la via a traves de una montana de pura I roca Hamada “Nariz del Diablo.”
Eloy Alfaro estudia la construccion de ferrocarriles en los Estados Unidos. Ano 1890.
Hoy dia, gracias al ferrocarril de Quito a Guayaquil, el viajero puede recorrer en 13 horas una distancia que antes tomaba 20 dias a lomo de mula.
Como Presidente del Ecuador, Eloy Alfaro fue no solamente el primer y mas entusiasta promotor de ferrocarriles, sino tambien un gran economista, reformista de impuestos, fundador de escuelas modernas, hospitales y plazas de mercado, promulgador de procedi-mientos penales, comerciales, bancarios, policiacos y criminales, a la vez que fue el primero en introducir ciertas importantes leyes sobre educacion pu-blica. Desde el ano de 1898, Alfaro pro-nostico una guerra entre Asia y America, recomendando desde entonces el prestamo de las Islas Galapagos a los Estados Unidos como bases para la defensa del hemisferio.
Su Administracion permitio, por pri-mera vez en el Ecuador, la participacion de la mujer en servicios gubernamen-tales. Tambien introdujo leyes para la proteccion de los indios contra el trata-miento inhumano y la expIo tacion. Por sus grandes esfuerzos en este campo, Alfaro ha sido comparado con Abrahan Lincoln.
Aunque dentro de su pais se le venera por sus elevadas dotes de patriotism© y por sus grandes reformas progresistas, en las demas naciones de America se le admira y respeta por su fe inquebran-table en la union de las republicas americanas. Alfaro presto sus servicios como intercesor en una disputa entre las republicas de El Salvador, Guatemala y Honduras, servicios que dieron por re-sultado el a juste pacific© de las diferen-cias existentes. La causa de la libertad de Cuba fue siempre objeto de su mas vivo interes. En 1895, escribio una carta a la Reina de Espana rogandole “adoptar medidas conducentes a la resto-racion de la paz entre Espana y Cuba,” y al reconocimiento de la independencia cubana.
Su politica de franco liberalism© conquisto para el muchos enemigos. En 1912 fue llevado a Quito, en el mismo ferrocarril que el habia construido, y puesto en prision en donde fue asesi-nado poco tiempo despues.
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Marti en una cere-monia ante la Esta-tua de la Libertad. Ano 1886.
GUERRERO Y
EL famoso patriota y escritor cubano, Jose Marti paso en Norte America la mayor parte de los ultimos quince anos de su vida, una vida muy corta, por cierto. Hizo su primer viaje a los Estados Unidos a la edad de veintisiete anos, cuando ya estaba bien entrado en su revolucionaria carrera. La idea de la independencia de su patria lo domino desde antes de cumplir veinte anos y a esa causa resolvio consagrar toda su vida; sus obras ejercieron influencia en toda la America.
A la edad de diecisiete anos, sus arti-culos politicos le valieron una sentencia a prison en Cuba. Mas tarde fue de-portado a Espana, donde vivid varios anos. En 1873, visito, al pasar, algunas ciudades europeas. Los tres o cuatro anos siguientes los paso en Mexico y Guatemala, dirigiendo revistas, escri-biendo articulos y dictando conferencias en favor de sus ideas de libertad. En 1878 volvio a Cuba, pero al ano sigui-ente fue deportado de nuevo a Espana por haber participado en una insurrec-cion que fracasd.
POETA ... MARTI
(
A los Estados Unidos fue por primera w vez en 1880, convencido de que el pais, que habia disfrutado de libertad nacio-nal por espacio de casi un siglo, le per-mitiria fomentar sus ideas politicas. Alli hizo buen uso de su brillante pluma y de sus dotes de orador. El cargo de corresponsal de periodicos argentinos y venezolanos le sirvio para trabajar in-cesantemente por la libertad de Cuba. En Nueva York conocid a Charles A. Dana, director del diario Sun, quien lo invito a colaborar en dicha publicacion. Sus conferencias lo llevaron hasta la Florida, y aprovecho los viajes que hizo por el pais para estudiar sus institu-ciones y costumbres.
Marti elogio al Congreso de los Estados Unidos por haber concedido el derecho de ciudadania a los indios, y se expreso compasivamente de los negros, que por aquella epoca acababan de ® obtener la libertad y luchaban por su seguridad economica.
Durante los quince anos que residio, con breves ausencias, en los Estado^' Unidos fundo y fue jefe del Partido
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Revolucionario Cubano, pero no se limi-taron sus actividades literarias a cues-tiones puramente politicas, pues, a pesar de sus muchas ocupaciones, encontro tiempo para escribir una obra teatral, una novela y muchas poesias. En su calidad de hombre de letras, se rela-ciono con muchos de los poetas norte-americanos que se destacaron en el siglo diecinueve, tales como Walt Whitman, Henry Wadsworth Longfellow y Ralph Waldo Emerson. Respecto a Whitman, se expreso con aprecio en las siguientes palabras: “Solo los libros sagrados de la antigiiedad ofrecen una doctrina comparable, por su profetico lenguaje y robusta poesia, a la que en grandiosos y sacerdotales apotegmas emite, a manera de bocanadas de luz, este poeta viejo. Hay que estudiarlo, porque si no es el poeta de mejor gusto, es el mas intre-pido, abarcador y desembarazado de su tiempo.”
De Longfellow escribio lo siguiente: “Tenia la mistica hermosura de los hombres buenos; el color sano de los castos; la arrogancia magnifica de los virtuosos; la bondad de los grandes, la tristeza de ' los vivos y aquel anhelo de muerte, que hace la vida bella. Son sus versos como urnas sonoras y como estatuas griegas. Parecen al ojo frfvolo, pequenos, como parece de primera vez todo lo grande. Mas luego surge de ellos, como de las estatuas griegas, ese suave encanto de la proporcion y la armonia.”
Igual entusiasmo demostro por Emerson, a quien Hamo “uno de aquellos a quienes la naturaleza se revela y se abre, y extiende los multiples brazos, como para cubrir con ellos el cuerpo de su hijo. I Que visiones, las de sus ojos! jQue tablas de leyes, sus libros! Sus versos, jque vuelos de angeles! Y su poesia esta hecha como aquellos palacios de Florencia, de colosales pedruscos irregulares. Bate y olea, como agua de mares. Y otras veces parece en mano de un nino desnudo, cestillo de flores. Anciano maravilloso, a tus pies bajo mi haz de pahnas frescas, y mi espada de plata.”
Su admiracion no se limitaba a los ipoetas, sino tambien a los humoristas y a los hombres de ciencia. En cierta
ocasion dijo: “David Locke contribuyo al triunfo de la guerra contra el Sur y a la benevolencia de los vencedores con las cartas criticas que eran el deleite de Lincoln, y el botanico Asa Gray, que empezo la vida de curtidor y labriego, y murio celebrado, dondequiera que hay ciencia, como el teniente mayor de Darwin.”
Con toda su intelectualidad, Marti era mas que todo hombre de accion. Mien-tras desempenaba en Nueva York el cargo de consul de la Argentina y el Paraguay, y el de viceconsul del Uruguay, se destaco como campeon de la libertad americana. En 1886, cuando llego la estatua de la libertad, obsequia-da por Francia a los Estados Unidos, escribio lo siguiente: “j Libertad, es tu hora de llegada! El mundo entero te ha traido hasta estas playas, tirando de tu carro de victoria. Aqui estas como el sueno del poeta, grande como el es-pacio de la tierra al cielo.”
Y como hombre de accion, reunia fondos para la causa revolucionaria, aunque tenia que hacerlo en secreto, porque el consul de Espana vigilaba todos sus movimientos. Gracias a sus esfuer-zos, se formaron centenares de clubes con el proposito de reunir fondos para la causa de la independencia.
Con su tenaz espiritu y su entusiasmo incansable, hizo varios viajes a Mexico, Costa Rica, Panama y a otros paises de la America Latina, para organizar grupos revolucionarios. Finalmente, se em-barco para Cuba en 1895, con cinco partidarios. No quiso el destine, sin embargo, que saborease el fruto de su labor. En la accion de Dos Rios perdio la vida, a los 42 anos de edad.
Jose Marti vivira enternamente en la memoria de los amantes de la libertad en el mundo entero, junto con Washington, Bolivar, Hidalgo, San Martin y toda la pleyade de proceres americanos que consagraron su vida a la causa de la libertad.
Bien puede dormir tranquilo el sueno eterno, porque America constituye el simbolo del ideal por el cual sacrifico su vida. Al continente libre mira hoy el mundo, como ancora de salvacion.
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Sarmiento en la casa de Horace Mann, en Boston, Ano 1847.
SARMIENTO
Domingo faustino Sarmiento, ilustre presidente de la Re-publica Argentina de 1868 a 1874, pas6 en los Estados Unidos solamente cuatro anos de los 77 que vivio.
Sarmiento nacio en 1811, en la pro-vincia de San Juan, y crecio en medio de la mayor pobreza. De sus antecesores maternos, que habian sido educadores y clerigos, heredo el anhelo de adquirir conocimientos y de implantar reformas educativas entre sus conciudadanos. Desde muy joven se did cuenta de la increible ignorancia que predominaba entre las gentes del campo de su provin-cia natal, y bien pronto vio que uno de los problemas mas serios del pais era el de los escasos medios de instruccion que se ofrecia al pueblo.
Su oposicion al tiranico gobierno de Juan Manuel de Rosas, que permitia tan lamentable estado de cosas, fue motivo de que a los veinte anos tuviera que emigrar a Chile como exilado politico. En Chile fue sucesivamente maestro de
escuela, hostelero y capataz de peones en una mina; pero leia con avidez cuan-ta buena obra caia en sus manos. Le atraian las ideas de Ciceron, asi como las de Benjamin Franklin, el escritor, estadista y hombre de ciencia norte-americano quien como Sarmiento, habia nacido en la pobreza y se habia ins-truido por medio de la lectura constante y la reflexion. A los quince anos de vivir en Chile cambio el gobierno de la Republica Argentina y Sarmiento pudo regresar a la patria. Se dedied a en-senar dibujo, a ejercer la abogacia, pero mas que nada, a luchar por dar al pueblo instruccion publics gratuita. Estas ideas se consideraban radicales en aquel tiem-po. En 1840 lo redujeron a prision; luego lo pusieron en libertad, a condicion de que abandonara el pais una vez mas.
De regreso a Chile, fundo la primera escuela normal del pais, fue nombrado catedratico de la facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Chile, y s^g dedied activamente al periodismo, par-
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ticipando de Ueno en la politica nacio-nal. En 1846, el gobierno Chileno lo envio a estudiar los sistemas de ense-nanza europeos; de sus viajes por Francia, Espana e Italia, Sarmiento saco en limpio que las monarquias tendian a sofocar la actividad intelectual. El gran educador y legislador norteamericano, Horacio Mann, habia hecho un viaje a Europa tres afios antes, con identico fin. Sarmiento tuvo ocasion de leer el informe que rindiera Horacio Mann sobre el resultado de su viaje, y resolvio cono-cer al norteamericano. Llego a Nueva York a mediados de 1847. Con una carta de presentacion que le habia dado un senador a quien conocio en el viaje, se encamino a Concord, donde vivia Mann. Concord era un pueblo situado cerca de Boston, que entonces era centro cultural de los Estados Unidos. Mann lo acogio con la mayor hospitalidad. Ninguno de los dos hombres hablaba el idioma del otro; pero le esposa de Mann sabia el espanol y les sirvio de inter-prete. Mann habia logrado que las auto-ridades del estado de Massachusetts instituyeran un sistema de escuelas pu-blicas, propuesto por el, y Sarmiento, fascinado por las ideas del educador norteamericano, se convirtio desde entonces en fiel discipulo suyo. Sarmiento lo llamaba “el apostol Horacio” y “el San Pablo de la educacion.” Anos despues, cuando adapto a su patria los principios de Mann sobre instruccion publicas, Sarmiento se comparaba con un ave de paso que recoge semillas y las transporta a tierras lejanas, “como dicen que se han propagado las plantas en las distantes islas de Oceania,” segun sus propias palabras.
Mann ayudo a Sarmiento cuanto pudo para que tuviera exito su mision en los Estados Unidos: le dio cartas de presentacion para los mas destacados educa-dores de la epoca, hizo arreglos para que visitara colegios y universidades, y le proporciono datos sobre los ultimos metodos de instruccion norteamericanos.
El escritor chileno, autor de la bio-grafia de Sarmiento, hace el sighierite ^esumen del viaje de este a los Estados Unidos:
“La excursion por la gran republica norteamericana, en la cual las fuerzas de la democracia han plantado el arbol de la libertad en el fertil suelo de la colonizacion inglesa, cambio casi por complete la direccion de las ideas de Sarmiento. Desde entonces, Sarmiento ha sido un ardiente propagandista de lo que podriamos llamar el espiritu norteamericano.”
Sarmiento regreso a Chile con un vo-luminoso informe sobre la instruccion popular. Bajo la influencia de todo lo que habia visto en los Estados Unidos, abogo por el establecimiento de escuelas primarias y gratuitas cuyos gastos se sufragasen mediante impuesto escolar.
El segundo viaje de Sarmiento a los Estados Unidos tuvo lugar en 1865, al ser nombrado representante diplomatic© de su patria en el pais. Horacio Mann, su ilustre colaborador, habia muerto ya; pero Sarmiento hizo una visita a la viuda, en Boston, y durante los anos siguientes mantuvo constante corre-spondencia con ella.
Se le nombro miembro de la Sociedad Historica de Rhode Island, y la Uni-versidad de Michigan le concedio el ti-tulo de Doctor en Derecho, honoris causa.
Su mision diplomatica termino en 1868, y regreso a la Argentina para tomar posesion de la presidencia de la republica; pero en los Estados Unidos dejo recuerdos imborrables. Aun mu-cho tiempo despues, la viuda de Mann se referia a el en los siguientes terminos:
“Por lo que se refiere a distincion intelectual, no he conocido persona mas sobresaliente. j Que lastima que enve-jezca semejante hombre! Ojala pudiera vivir varias generaciones para diseminar la sabiduria que posee.”
En su caracter de presidente de la Republica Argentina, Sarmiento reorganize por complete y extendio el sistema nacional de instruccion publica. Su fama de hombre publico se basa prin-cipalmente en las reformas fundamentales que introdujo en Chile asi como en la Republica Argentina. Por lo demas, fue tambien escritor acabado, atento a los detalles y facil de expresion. Facundo y Recuerdos de provincia han llegado a ser obras clasicas.
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EUGENIO MARIA de HOSTOS
EUGENIO MARIA de Hostos nacio en Puerto Rico en 1839, cuando aun esa isla estaba bajo la dominacion espanola. Durante su vida, Hostos realize cinco viajes a los Estados Unidos. Su objeto fue siempre el estudio de ins-tituciones republicanas y la disemina-ci6n de propaganda en pro de su ideal: la independencia y union politica de las Antillas. Cuando joven, curso estudios en varias universidades espanolas, en donde lucho por interesar la opinion publica en favor de la independencia de Cuba y Puerto Rico.
Hostos llego por primera vez a Nueva York en el otono de 1869. Poco tiempo despues fue nombrado director del pe-riodico “The Revolution.” Ademas es-cribio muchos articulos acerca de la Re-publica Dominicana, que fueron publi-cados por la prensa neoyorquina. En sus memorias del ano de 1870 se encuen-tra un sinnumero de referencias acerca de las revoluciones de Cuba y Puerto Rico, que en ese entonces principiaban ya a fomentarse. En uno de sus apuntes, decia: “Yo estoy en Nueva York para hacer la revolucion de Puerto Rico y contribuir al desarrollo de la de Cuba.” En otro, se leia: “Los americanos . . . son fuertes, son activos, son laboriosos. Educados en la libertad, la completaron en el momento en que, conquistada la independencia, pudieron por si mismos ordenar en razon sus instituciones y vivir en razon su vida general.” Hostos experiment© gran dolor al darse cuenta de que ciertos circulos politicos americanos se oponian a la independencia de Puerto Rico, pero nunca desmayo en su convencimiento de que la gran mayoria del pueblo norteamericano estaba en su favor. Acerca de esto, escribia: “El sentimiento publico, mas perspicaz, mas generoso, mas activo que el gubernamental, aqui como en todas partes, es juguete de las clases gober-nantes. Una diferencia ya considerable, que aqui, al fin y al cabo, siempre es el sentimiento publico el que triunfa.”
En una ocasion, despues de celebrar el 4 de julio junto con las multitudes de Broadway, escribio: “Ayer, desde las siete de la manana hasta las seis de la tarde, me lo pase contemplando y ad-mirando a este pueblo: . . . celebrando un acontecimiento que pas6, el mas grande de los acontecimientos de la edad moderna. Era 4 de julio, y en 4 de julio de 1776 nacio a la vida independiente el pueblo que hoy respetan los poderosos de la tierra. Yo comparo aquel dia con este; la situacion de entonces y la presente ; los adelantos, el camino recorrido, y bendigo el advenimiento de este pueblo.”
Durante el tiempo de su primera visita a Nueva York, Hostos se hospedo en varias casas de pension. Era extrema-damente pobre, y sus sufrimientos eran a la vez mentales y fisicos. Al salir de los Estados Unidos, en octubre de 1870,
di jo, victima de profun do desalien to: “No he hecho mas que conquistarme enemigos.”
Despues de permanecer tres o cuatro anos en Sud America, regreso a Nueva York en la primavera de 1874. Sin dinero, y sin que sus ideas y proyectos politicos hubieran dado fruto alguno, se encontraba en un hondo decaimiento
espiritual.
Un buen dia, sin embargo, recibio cierta suma de dinero que un periodic© de la Argentina le debia. Pago sus cuentas y compro trajes para usar en una expedicion a Cuba, por largo tiempo proyectada. Despues de cubrir esos gas-tos quedo tan escaso de fondos, que no tenia ni siquiera el valor de los sellos de correos para cartas dirigidas a periodi-cos en Chile y la Argentina. A prin-cipios de 1875 salio para Boston y de alii se embarco rumbo a Cuba, en com-pania del General Francisco Aguilera, a tomar parte en la lucha por la inde-pendencia de esa isla. Mas el infortunio parecia perseguirlo. El barco en que navegaba, el Charles Miller, era un*
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Hostos en la celebration del 4 de Julio en Broadway? Ario 1870.
vieja embarcacio^^m^La, que ^^aarto diaMe viaje comaBK, nacer agua de tai manera, que fue necesario arribar en Rhode Island' para evitar un mayor ' desastre.
En mayo de 1875, salio para la Re-publica Dominicana, en donde perma-necio un ano. Mas tarde, en viajes subsiguientes, inicio un nuevo sistema de educacion en ese pais, que inclufa el establecimiento de escuelas normales, un Institute Profesional para el estudio de leyes, medicina, ingenieria y economia politica, y un Institute para Muchachas.
En 1898, llego por cuarta vez a Nueva York, procedente de Chile, habiendo sido comisionado por el gobierno chileno para conducir un estudio de los institutes de psicologia experimental de los Estados Unidos.
t En el otono de 1898 salio de Nueva . York rumbo a Puerto Rico. Tres meses mas tarde regreso a los Estados Unidos como Presidente de la Comision de B^erto Rico, por lo cual tuvo ocasion de celebrar una entrevista con el Presidente McKinley. Refiriendose a este
incidente, escribio: “Alli estaha el, que nos miro con curiosidad y simpa- , Mia, y que personalmente me inspi?o"^p
mucha. . . . Habiendome inspirado confianza el hombre rectory benevolo que esta al frente del Ejecutivo, deseo lievar a mi patria una prueba de que todos los puertorriquenos podemos con-fiar en el Presidente McKinley.”
La quinta visita de Hostos a los Estados Unidos fue tambien su ultima. Al regresar a su tierra natal publico un trabajo titulado “El Caso de Puerto Rico,” en el cual describio los esfuerzos de su Comision. Cuatro anos mas tarde murio.
Acerca de Eugenio Maria de Hostos, un biografo escribio lo siguiente: “Fue durante su vida entera un benefactor de America. Llevo en America, de pais en pais, la luz de la ensenanza, como en Grecia llevo Homero, de villa en villa, la luz del canto. ... Su mejor ensenanza la di6 viviehdo una vida pura, austera, de privacion, de sabiduria, de bondad, de utilidad, de amor.”
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COORDINATOR DE ASUNTOS INTERAMERICANOS WASHINGTON, D. C.